viernes, junio 23, 2006

Ayer vi sonreir a un a.c.n.e.e.


El alumno, repetidor de 2º E.S.O:, sonreía feliz mientras mostraba orgulloso el fruto del esfuerzo de todo el curso. Decía a voz en grito: "He aprobado todo".

En esa sonrisa iba impresa el valor de su trabajo, la ayuda de algún que otro compañero, la comprensión y dedicación de algunos profesores, el apoyo de su su familia y amigos... y sobre todo la gratitud y el agradecimiento a todos los que habían estado junto a él todo el curso.

Pero también su sonrisa feliz dejaba ver la superación de la imcomprensión de algún que otro profesor, sólo dedicado a aquellos que no necesitaban dedicación (y recordé las palabras de Jesús en Mateo: "No tienen necesidad de médico los sanos"); su lucha por integrarse y ser aceptado, tal como es, en el grupo, en el centro...

Se dió cuenta, al fin, que aprendió aquello que otros quisieron que aprendiese. Pero era FELIZ y esa felicidad se contagió a todos los que tuvimos la suerte de que él estuviese con nosotros.

PD: Este post está pensado en un alumno concreto y real pero quiero dedicárselo a todos los que han superado con su esfuerzo y trabajo las zancadillas que les pone el sistema.

1 comentario:

Anónimo dijo...

gracias por recordar a los que no son tan diferentes

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